Austin Gipsy: la competencia del Land Rover


Cuando un producto la rompe en el mercado, lo normal es que los competidores traten de imitarlo. Así lo hicieron desde la marca Austin y BMC. El éxito del Land Rover en el terreno militar y civil hizo a la marca plantearse el desarrollo de un 4x4 de similares características. Ellos también eran británicos, y no sólo se jugaban el favor del público civil, sino el gran pastel que supone los contratos públicos en la fabricación de vehículos para el ejercito. 

Desde entonces se propusieron desarrollar su primer 4x4 civil para las masas. No partían de cero, previamente había fabricado el Austin Champ, otro todoterreno para la guerra y algo más caro de producir. El nuevo Gipsy tenía como objetivo ser más económico. 

Técnicamente era avanzado en algunos aspectos y menos en otros. Al contrario que en el Land Rover su carrocería estaba totalmente hecha en acero. Su ventaja tecnológica estaba en la suspensión; denominaba Flexitor se trataba de una suspensión independiente a las cuatro ruedas, que montaba ciertas partes en caucho. Esto le permitía pasar por terrenos bacheados a más alta velocidad. Con todo, a medida que el Gipsy estuvo en producción también pasó a ofrecer unas más comunes suspensiones de tipo ballestas, ya que todavía se consideraba algo compleja el esquema de amortiguación de serie.


El Austin Gipsy estuvo disponible con motores gasolina y diésel. El primero, derivado del Austin A70 y el segundo era el mismo que propulsaba los taxis londinenses. En la versión gasolina apenas se sobrepasaba los sesenta caballos de potencia. 

La vida en producción del Austin 4x4 fue larga (1958-1968) pero el numero de unidades fabricadas no fue ni menos alto. Algo más de 21.000 unidades en diez años. Curiosamente y como contrapartida a toda esta historia, el Austin Gipsy y el Land Rover llegaron a compartir portafolio. Cuando la British Motor Company se funciona con Leyland los dos 4x4 -que son competencia- llegan a convivir bajo el mismo accionariado. 

Desde la British-Leyland, una vez consumada esta unión, decidieron darle alas al más popular Land Rover y dejar morir al ambicioso Gipsy. El tiempo les dio la razón. 



Fuente: Austin Gipsy

Comentarios

  1. Muy interesante, no conocía el modelo.
    Sorprende que ante la fusión, hayan privilegiado al Land Rover, quizás el Gipsy fuera más complejo de producir o más caro.
    O que el Land Rover ya tenía más marketing y aseguraba más ventas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo si fuera un cliente preferiría la carrocería de aluminio del Land Rover. El Gipsy tuvo vaivenes en su comercialización, de la suspensión independiente pasaron a ofrecer ballestas y de alguna manera no fue fiel a su estilo.

      Otro factor a tener en cuenta es que el Land Rover nació 10 años antes, y ya tenía un nombre hecho. Saludos!

      Eliminar
  2. La verdad es que competir contra todo un gigante como el Land Rover ya es toda una declaración de intenciones. Sabía de la existencia de este vehículo, pero sinceramente, nunca me llamó la atención. Ahora veo que es mucho más interesante de lo que había imaginado. Ainss... No hay que juzgar antes de conocer. ¡Muchas gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En imagen no es el coche más interesante. Es un calco del Land Rover con la parrilla de un Jeep. Me alegro que te haya gustado su historia.

      Saludos!

      Eliminar
  3. No conocía el Gipsy, ni tampoco el Champ, interesante alternativa l los LR, si es que queda alguna de esas veintiunmil uds en condiciones aceptables.

    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alguno quedará! Según decían el motor gasolina era muy fiable. Además siempre hay fanáticos de todo modelo que se encargan de conservarlo.

      Saludos!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares