Plymouth Valiant Convertible (7)


Terminamos el mes de Agosto con una postal  que se podría calificar como costumbrista norteamericana. Un gran descapotable, una mujer pescando en la orilla y posiblemente un aligator esperando a que la pobre señora ponga un pie en el suelo. Cosas del marketing, esta curiosa escena forma parte de un catálogo publicitario en el que se promociona el Plymouth Valiant Convertible del año 1964.

El Valiant fue un coche de segmento E, rival de los Chevrolet Corvair y Ford Falcon. Era el paso intermedio entre estos dos, y no por tamaño o motorizaciones, sino por estética. Se alejaba del concepto extraño y radical de General Motors, pero con una apariencia igual de personal que a su vez era mucho más arriesgada que la del Falcon. Técnicamente la segunda generación -la protagonista de la imagen- estaba propulsada generalmente por un seis cilindros en línea, aunque se ofrecía en opción un V8. Esto significó a su vez el origen del apellido Barracuda, que no nació como un modelo específico, sino que fue una linea más de equipamiento del Plymouth Valiant

Y ustedes, ¿qué opinan? ¿pescarías encima del capó de tu coche?, ¿les gusta la combinación rojo-rojo interior/exterior?

Comentarios

  1. No creo que esa caña, más bien parece una ramita, aguante demasiado, al primer tirón de algo gordo la chica y su sombrero tirolés van directas al agua.
    Desconocía el origen del mítico Barracuda.

    Un saludo.

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    1. Si se parte la caña primero seguro que tiene suerte y no la lleva con ella.

      Saludos!

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  2. En principio, yo jamás acercaría al auto a menos de diez metros de cualquier espejo de agua, dulce o salada.
    Tampoco me subiría al capot, y mucho menos considerando que los autos modernos tienen chapa cada vez más fina.
    Y finalmente no me gusta la pesca, me resulta un aburrido modo de matar peces.
    El auto se ve lindo, aunque prefiero la segura y limpia intimidad visual, acústica y respiratoria que te da un techo bien cerrado.
    Ella se ve muy simpática, pese a todo!

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    1. A mí tampoco me gusta la pesca, ni cualquier forma de matar animales por diversión. Ahora como dices es inviable sentarse en el capó de un coche, son más finos, pero también cumplen su función para que los atropellos no sean aún más desgracia. Un capó de un coche como este debe ser como una guillotina prácticamente.

      Saludos!

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    2. Jajaja Gaucho eso de no estacionar cerca de los espejos de agua me recordó cuando casi hago submarino el R18 de mi viejo. Cuando tuve mi primera novia el auto yo usaba el auto para la intimidad, para eso íbamos a la costanera de Vicente López, en Olivos, una vez, en plena actividad, el auto se empezó a mover hacía el río, me había olvidado de poner freno de mano.

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    3. A mi también, y casi dejo el Falcon de mi viejo formando parte de la plataforma continental del río de la plata.
      Nunca más acercarme con el auto a menos de 200 metros del agua!

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