El coche autónomo: todo lo positivo


A finales de 2017 deberíamos estar viendo ya la segunda generación 2.0 de coches voladores propulsados mediante energía atómica, como se predijo a mediados del siglo pasado. Siempre ha habido tendencias que se han podido anticipar, tanto por su lógica, o por su viabilidad, otras sin embargo no han tenido su momento. A pesar de todo, actualmente estamos viviendo con paso firme la consolidación de dos ideas que irán indudablemente de la mano ¿lo que queda siglo? El coche eléctrico y la conducción autónoma.

El coche eléctrico ya es una realidad y el coche autónomo está dando sus primeros pasos de forma firme.





Aunque el coche eléctrico se dejará a un lado en esta entrada, creo que autónomo y eléctrico serán palabras inseparables siendo inentendibles la una sin la otra. Respecto al tema que nos atañe, aquellos vehículos que pueden conducir sin ayuda humana están iniciando un futuro prometedor y probablemente sin las trabas legislativas ya estaríamos viendo coches sin volante o incluso, sin pedales. La industria siempre trabaja un paso por delante de lo que se ve en el mercado.

Fabricantes como Mercedes-Benz o Tesla (la más avanzada en este aspecto según los entendidos) ya tienen en el mercado coches de ofrecer una conducción semi-autónoma bastante desarrollada. Incluso dicen que ya están preparados para poner a la venta vehículos que no necesitan ni un ápice de intervención humana.


Estas nuevas tecnologías traen consigo el escepticismo, el miedo a que todo el sistema falle, a delegar todo en una pequeña computadora que tiene que procesar millones de datos. Los más apasionados al mundo del automóvil, tienen miedo a perder el disfrute de guiar tú mismo tu máquina y estos últimos quizás son los más difíciles de convencer. Un servidor -apasionado como el que más- cree que ambos son compatibles, tanto el coche tradicional, como el nuevo coche autónomo. Eso sí, el coche de hoy quedará relegado a un segundo plano (seguros más caros -ahora todo queda en manos de un irresponsable humano- impuestos más caros - para los gobiernos será más responsabilidad que un humano decida conducir por sí mismo, con el posible accidente y gasto sanitario- y carreteras hechas por y para el coche autónomo - velocidades más altas y obstáculos menos invasivos-)

Con todo ello, creo firmemente que hay más puntos positivos en una conducción autónoma que aspectos negativos.


La primera y más importante: la reducción de los accidentes y la mortalidad en accidentes de tráfico. Somos humanos, nos conocemos, tenemos grandes lagunas, decisiones tomadas con el corazón -no esperar lo suficiente en un Stop, exceder los límites de velocidad en zonas sensibles- o fallos en nuestro diseño, cansancio, enfermedades -ansiolíticos y antidepresivos como causa de accidentes- fatiga o simples distracciones (mirar el móvil, paisajes, discusiones). Debemos pensar y así tener la esperanza que un ordenador que se basa en cálculos lógicos y científicos, programados desde un punto de vista sensato debe reducir todos estos factores al mínimo,  o incluso hacerlos desaparecer.

Todo esto repercutiría en una disminución de costes para los Gobiernos, a la reducción de accidentes, menos gasto en sanidad. Sería positivo en una sociedad occidental donde la natalidad va hacia abajo...


La segunda razón: eficiencia y ecología. Se reducirían los tiempos en los trayectos y por supuesto los atascos. Estos tienen una gran ecuación humana; desde no guardar la distancia de seguridad con el de delante -repercute en frenar y acelerar más, además de no permitir incorporarse a los demás- al famoso efecto mirón en caso de accidente. A menos atascos más eficiencia - se emitirían menos partículas a la atmósfera- y los tiempos para llegar al trabajo disminuirían - esto podría desencadenar una mayor conciliación familiar y mayor ocio, positivo para la salud de las personas - en las ciudades se podría ganar en espacio, puesto que podríamos mandar el coche de vuelta a casa (a las afueras) mientras trabajamos y que se aparque solo.

Este cambio tan grande llevará consigo un cambio de mentalidad que será la tercera razón positiva del coche autónomo.


Tercera razón: cambio de mentalidad. Se presupone o se idealiza que pasaremos de ser esclavos del coche -dependemos de él para transportarnos- a que el coche sea esclavo nuestro. No tendremos que buscar aparcamiento junto él - buscará aparcamiento él solo- y nos vendrá a buscar cuando lo necesitemos -al llegar de viaje al aeropuerto o después de una noche de juerga- sin tener que depender de otras personas. Además el coche autónomo, presumiblemente aumentará la mentalidad de compartir coche, más por supuesto, las ayudas gubernamentales para que así sea. Ahora más personas podrán acceder al coche como las personas con discapacidades, ancianos o incluso, menores. Por eso es necesario que el coche autónomo sea vea como un coche compartido.

De nada serviría que el coche autónomo no venga acompañado de la necesidad de compartir coche. La eficiencia que se le presupone a este tipo de coche no sería nunca realidad si hay más vehículos en la carretera, a pesar de que tenga energías limpias.


Cuarta razón: revolución en el transporte, revolución mundial. Este cuarto punto envuelve a todos los demás, y es que lógicamente un cambio de mentalidad suele terminar en una revolución. El coche se verá de otra manera, en el que incluso se podrá trabajar en él, como ocurre en los aviones o en los trenes. Quizás el transportarse no signifique una pérdida de tiempo y sí una ganancia, una ocasión donde adelantar trabajo o simplemente, ver tu serie favorita. También se reducirá el tiempo de entrega de las mercancías, el transporte pesado -camiones- podría librarse también de la ineficiencia humana (tacómetro, tiempos de descanso) y por supuesto de los atascos. Transportes públicos como el taxi cobrarían otro sentido difícil de imaginar, quizás con un servicio más personalizado y probablemente un precio más bajo -los nuevos coches autónomos harían todas sus funciones- lo que repercutirá a la baja en el bolsillo del consumidor.

Así el transporte profesional sería más eficiente en términos de trabajo y tiempos. Además, se destruirían algunos monopolios lo que siempre es positivo.


Para terminar, el coche autónomo tiene una gran proyección y puede ser el punto diferenciador de la industria automovilística de este siglo. El ser humano pasará de protagonista a espectador. Solo la legislación debe darle alas a este tipo de tecnología ya que todo apunta a que puede ser el gran talón de Aquiles de este tipo de conducción. A pesar de ello, todo indica que en un plazo de diez años veremos a la venta vehículos totalmente autónomos, quien sabe, quizás sin volante ni pedales.

En 2027 veremos si veíamos en la senda correcta.




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Comentarios

  1. Más que intersantes las reflexiones que has planteado sobre un tema actual y polémico a su vez.

    Coincido contigo en que la conducción autónoma tiene múltiples ventajas, a pesar de que no me gustaría que se me privara del placer de conducir. Tal vez, en el futuro ocurra lo que has mencionado, y viviremos una época en la que la conducción humana conviva con la autónoma, pero creo que será una transición hacía una época en la que el conducir de forma manual esté prohibido (me acuerdo ahora de la pelícla "Yo, Robot") por lo que esta actividad estará reservada a espacios cerrados y preparados, viéndose más como la práctica de una afición o deporte.

    Además, otra ventaja es que a la hora de circular los coches podrán hacerlo manteniendo una distancia entre ellos muchísimo menor de la que debemos guardar los humanos para estar seguros, por lo que las carreteras podrán soportar una densidad de tráfico mucho mayor sin que se generen los odiosos atascos o retenciones.

    Pero de todo, creo que mucha gente abrazará la conducción autónoma por el tema del tiempo. En esta sociedad en la que a duras penas tenemos tiempo para nada, poder aprovechar el tiempo que dedicamos a ir y volver del trabajo, por ejemplo, sería algo soñado por muchos (creo que en el viaje al trabajo la gran mayoría aprovecharíamos para echar una cabezadita, jejeje)

    Lo dicho, está más que comprobado que las máquinas hacen las cosas mejor que nosotros, y tarde o temprano lo harán a la hora de conducir. Como amante de esta práctica me gustaría que no privaran de ello, pero reconozco que colectivamente será un importante paso hacía adelante. ¿Lo único malo? El impacto sobre profesiones relacionadas con la conducción, como taxistas, conductores de autobús, chóferes y demás.

    Un saludo ;)

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    1. Estoy seguro que en un futuro una vez esta tecnología esté consolidada nos prohibirán conducir "por nuestro bien". Ya sabemos cómo se mueven de rápidos los gobiernos para quitarnos libertades. Solo en espacios cerrados se pondrá conducir, y con muchos seguros detrás. Quizás viéndolo desde un punto de vista del aficionado a los coches, no tenga nada de positivo, pero desde un punto global, puede ser una gran solución.

      Saludos!

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  2. Increíbles reproducciones artísticas, incluso advierto alguna del maestro Syd Mead, me llama la atención que si todo esto estaba pensado en los años 50 y 60 porque no se ha materializado todavia.
    En mi opinión yo priorizaría la instauración de una red eficaz de transporte publico, ferrocarriles, metro, bus, etc..antes que el desarrollo de la conducción autónoma, porque esto no quitaría los vehículos de las ciudades y principales vías, continuaría la polución, el ruido, el gasto energético ineficaz y las aglomeraciones.

    Un saludo.

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    1. Rebuscando para ilustrar esta entrada he descubierto este movimiento artístico tan maravilloso llamado retrofuturismo. Por supuesto es necesario que el nuevo coche autónomo sea vea cómo compartido, de nada serviría que hubiera más coches en las carretera. El transporte público debe ser protagonistas, y estas tecnologías seguro ayudan a que sea más eficaz.

      Saludos!

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  3. Todo muy lindo, ¡pero nos roban el placer de poner los cambios! ¡Nos perderíamos hacer rebajes! En serio, para poder mirar la campiña tranquilos, a la vez que jugamos una buena partida de ajedrez.
    Abrazo!

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    1. Estoy seguro que en las primeras décadas en las que en coche autónomo esté implantado seguiremos pudiendo utilizar nuestro coches analogicos, pero de lo que no dudo es que una vez este tipo de coche sean mayoría será muy caro tener un coche "con tres pedales".

      Saludos!

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